LUIS AGUSTONI,el prodigio de ser actor
Luis Agustoni es actor, dramaturgo, director de teatro y
maestro de teatro. Y hoy tengo la suerte de tenerlo entre mis entrevistados. Ha
dirigido numerosas obras que recibieron varios premios, entre ellas la obra
Brujas que permaneció muchos años en cartel. Ama todo lo que hace, pero el ser
actor es lo que lo hace más feliz.
--¿Ser maestro de grandes actores le ha traído dolores de
cabeza o fue fácil guiarlos, enseñarles? Usted ha formado a muchos.
No es común el contacto con grandes actores en los cursos;
hay muchos muy buenos, bastantes excelentes, también muchos muy exitosos y
famosos sin ser especialmente diestros; pero grandes actrices y actores, los
que destacan nítidamente sobre el conjunto, al menos en mi experiencia, hay muy
pocos en una generación, no sólo aquí sino en todo el mundo por nosotros
conocido. Es verdad que me han tocado algunos. No son fáciles, por la obvia
razón de que el talento en abundancia se manifiesta a través de una gran
intensidad y una singular originalidad, también audacia, fuerte carácter y gran
creatividad. Pero todo el trabajo que da ayudarlos a poner en orden la
exuberancia de sus dones se justifica por el placer y la satisfacción de verlos
en acción.
--¿Usted fue el director y adaptador de la obra Brujas que
por 10 años estuvo en cartel? ¿Un gran éxito no?
Brujas estuvo 8 años en cartel con el mismo elenco, entre
enero de 1991 y mediados de 1998. Volvió en 2000 y tuvo sucesivas reposiciones
en Capital y en gira, la última función fue en mayo del 2011. Según cálculos de
Carlos Rottemberg, su productor, la vieron 1.350.000 personas y es el segundo
espectáculo más visto de la historia del teatro argentino, el primero es Toc
Toc, también de Carlos, dirigido por Lía Jelin. Sí coincido con que fue un gran
éxito, para mí inesperado y prodigioso.
--¿Cuándo nace y como surge su Teatro El Ojo que se
encuentra en la calle Perón 2115 de la CABA?
Desde el comienzo mismo de mi trabajo profesional como actor
y maestro de actuación tuve la imperiosa necesidad de que mi espacio de clase y
ensayo fuera efectivamente un teatro, y combinase las tareas de enseñanza y
preparación con las funciones. La mejor escuela de teatro es un teatro. En este
caso, se complementa mi trabajo docente con la tarea creativa, y las dos juntas
suscitan gran felicidad.
--¿Hay mucha gente talentosa en Argentina? Usted debe tener
alumnos de todo el país.
Efectivamente. Si por talento entendemos desenvoltura,
encanto, elocuencia, animación, emotividad y humor, es obvio que esas
características son comunes en nuestra idiosincrasia. Si también significa
concentración, dedicación, disciplina, rigor artístico, esfuerzo constante y
perseverancia, que son las cualidades decisivas, no son fáciles de encontrar.
--¿Cuál es el proceso de enseñanza que utiliza en sus clases
de teatro?
Tiene tres aspectos: el primero, el trabajo técnico de aprendizaje
y entrenamiento que consiste en la adquisición de las destrezas básicas para
practicar el oficio: el dominio del cuerpo y de la voz, el uso creativo de la
palabra, la apertura e instrumentación de las emociones, la composición de
personajes y el desarrollo de las situaciones; el segundo la práctica escénica
de actuaciones concretas, en cada clase en el curso y en presentaciones ante
público en ocasiones determinadas; el tercero, la formación de una conducta
artística, la superación del miedo escénico, el desarrollo de la observación,
la imaginación y la empatía, la adquisición de una disciplina personal.
--¿Cuál de todos sus trabajos es el que más prefiere hacer?
¿Dirigir, escribir, adaptar, dar clases o actuar?
Afortunadamente suelen vincularse, dirijo a mis alumnos,
pongo en escena mis obras, actúo constantemente en mi teatro. Disfruto mi arte
como un todo, pero si debo elegir, ninguna de mis actividades teatrales iguala
la intensidad, la emoción, la inspiración y la magia que experimento en escena
al actuar ante un público presente.
--¿Qué es el teatro para usted? Leí que una vez dijo en una
entrevista: "el teatro es un espejo inteligente de la realidad” usando las
palabras de un genio.
La frase es en realidad una simplificación de palabras de
William Shakespeare, y alude al hecho de que la mayoría de los hechos
esenciales de nuestra vida sólo se nos hacen comprensibles cuando los vemos con
nuestros propios ojos, reaccionamos ante ellos con nuestro propio sentir, y
sacamos nuestras propias conclusiones. Éste es el sentido profundo de nuestro
trabajo en el teatro: crear la vida humana y representarla de forma clara,
interesante, emocionante y bella.
Su sitio web es:
Ya pasó por mi blog un gran maestro de teatro de Argentina. Gracias por las fotos de su obra "La medalla de Oro" que vuelve en marzo al teatro. Gracias.
Leticia Teresa Pontoni.
©
Comentarios
Publicar un comentario
Por favor no se permite lenguaje obsceno o insultante. Gracias.