ARIEL GARIS,buscando desafíos
Ariel Garis, es profe de Historia en el Instituto Parroquial Gustavo Martínez Zuviría de Las Varillas en la provincia de Córdoba, Argentina. Ha hecho un cortometraje junto a Guillermo Chabrando llamado ""A través del tiempo" que recibió el premio ATVC en 2017.
Ama dar clases, pero también firmar sus libros cuando llega la ocasión. Escribe para los niños pero también la historia es algo que le apasiona. Lo conozcamos un poco más.
--¿Qué significa escribir para vos?
Como todos (supongo) el primer impulso que
nos lleva a escribir es de origen catártico, aunque no lo sepamos. En la
escritura podemos descargar frustraciones, deseos, anhelos, ansias, broncas, lo
que sea, un largo etcétera de sentimientos y pasiones. Pero, con el andar del
tiempo y ganando un poco de experiencia, la escritura se convierte, porque debe
convertirse, en el resultado del hecho de pensar.
Es decir, pasamos de lo sentimental a los
racional, y esto de ninguna manera significa abandonar los sentimientos o no
tocarlos, sino madurarlos, reflexionar sobre lo que nos pasa, y tratar de
hacerlo inteligible para que otros lo capten. Escribir es una operación
intelectual compleja; involucra pensar, ordenar conceptos y llenar con ellos
una página en blanco con criterios estéticos, es decir no abandonar la belleza
y cuidar el estilo. Eso es para mí escribir y significa un desafío maravilloso
que supone una comunicación con el lector o con el posible lector. Un libro, un
escrito, te acerca a alguien, te lea o no, pero claro, es mejor que te lean. En
definitiva, uno escribe para comunicar ideas.
--Contame algo de tu último libro "Hermano Martín".
Hermano Martín es mi primera obra teatral, y
digo primera porque quizás me lance a escribir otro drama. Para esta obra me
inspiré en Martín Lutero, el reformador alemán del siglo XVI. ¿Qué le pasó a
este monje agustino que lo llevó a enfrentarse al Papa León X y al Emperador
Carlos V y romper con la unidad religiosa europea? Bien, esa es la pregunta
que el libro busca responder. Mucho se ha dicho y escrito sobre Lutero y se
dirán más cosas todavía, y siempre se nos presenta a un Lutero diferente, pero
yo sostengo que la preocupación inicial de él era estrictamente teológica y
espiritual, porque era un hombre profundamente religioso. Lutero se enfrenta a
la escolástica y a las prácticas y enseñanzas de la Iglesia sobre la salvación.
No a todo. Sostiene que Cristo es el Hijo y es Dios, el centro del dogma de
Roma no lo toca, lo que reforma es lo concerniente a la intermediación. No cree
que la Iglesia y los sacramentos como la confesión sean capaces de salvar el
alma. Cree en la fe o “sola fides” como salvación, un regalo de Dios a través
de la muerte de Cristo, que ya cargó con los pecados de todos.
Es decir, la salvación es una gracia o regalo
de la divinidad para todos los hombres, independientemente de las obras de los
hombres. Yo soy católico, pero en mi familia siempre se escuchó hablar de
Lutero con cierto interés. Mi abuela, que era una riojana muy devota, muy
católica, me leía de chico historias sobre Lutero, y creo que esas historias
quedaron en mi mente y las reproduje en el libro. Me contaba de muy chico que
el diablo se le aparecía a Lutero y éste le tiraba un tintero cada vez que lo
molestaba. Bueno, estas historias casi de terror, me entretenían a los siete u
ocho años y después, siguiendo lo que te dije anteriormente, busqué armar
racionalmente una historia o construir un Lutero prácticamente a mi medida. El
libro tiene tres actos y en todas las escenas busqué entrar en el corazón del
reformador, qué sentía, cuáles eran sus miedos y desarrollé el drama o su
drama.
--Siempre te sentiste bien cerca de la historia. ¿Te gusta mucho?
De la Historia vivo, porque soy docente,
profesor de Historia y ahora presenté mi tesis de licenciatura. Mi
investigación fue la biografía y obra de Gustavo Martínez Zuviría, un escritor
y político argentino que utilizó el sobrenombre de Hugo Wast para firmar sus
obras. Fue un nacionalista y ferviente militante católico y, a la vez, un
escritor de fama nacional y mundial, traducido a más de veinte idiomas. Un
hombre polémico. Pero cuando yo hago Historia hago eso, Historia, y cuando hago
literatura hago literatura. Las dos disciplinas no se mezclan porque no sale
nada de esa mezcla.
Para la literatura es esencial la ficción, mientras que
para la Historia la documentación e interpretación de las fuentes. No tienen
nada que ver, aunque ahora con el boom de la llamada “novela histórica” todo se
confunde, pero eso es una estrategia de mercado, nada o poco tiene que ver con
lo que yo entiendo como novela. Lo que pasa es que se hace una trama sobre el
pasado o sobre algún personaje relevante y se lo presenta como novela
histórica, pero en realidad es una novela, por lo tanto, es una ficción que
utilizó o explotó elementos de la Historia. Así lo entiendo yo.
--Das clases. ¿Cómo es ser docente en estos tiempos que corren?
Ser docente ahora, en los tiempos que corren
es complejo, y la pregunta lleva al tema político sí o sí y me gustaría obviar
ese tema. No porque no me interesa, pues considero un error no hablar de
política, sino porque la gente en nuestra cultura nacional o provincial
entiende poco de política y todos somos sensibles al tema, se lo toman a mal o
a bien, no lo sé, según los casos y se tergiversan las opiniones. La docencia
es una profesión, un trabajo delicado, hermoso y fatal, como el famoso tigre de
Borges.
--¿Cuánto tiempo te lleva escribir un libro sobre historia donde hay que investigar, leer?
Cuánto lleva escribir. Bien, yo corrijo más
de lo que escribo, me lleva más tiempo corregir que escribir. Es según, porque
cuando conocés de un tema tenés material e ideas, que es lo que me pasó con "Hermano Martín", pero cuando no tenés mucho material disponible o no conocés en
profundidad un tema o no sabés dónde querés ir, todo se complica.
Mi novela "Un
verano para el diablo", debe ser de mis libros la que más páginas tiene, unas
170 algo así, porque mis libros son generalmente cortos, y hacer un libro corto
no es ahorrarse días de trabajo. Decir mucho en poco espacio es pensar y pensar
qué decir. Cuando viene la inspiración (que no existe) pero que es lindo
reconocerla, escribo mucho y adelanto trabajo, pero cuando no viene, desvarío y
pierdo tiempo. Esto pasa porque a lo que llamamos inspiración debemos llamarla
disciplina, que es lo que nos simplifica el trabajo.
--¿Cómo nace "Camilo el vampiro bueno"?
"Camilo el Vampiro bueno", seguro, es de todo
lo que escribí (que no es tanto) lo que más trascendió. Es una trilogía. Este
año la completo, sólo falta imprimirla, ya que las ilustraciones de Lucho Luna
están listas. El libro está destinado al público infantil, pero hay simbolismos
que el público mayor capta de inmediato. Es una historia que trata sobre el
Bien y el Mal desde el mundo de los malos, los vampiros en este caso. Camilo es
el menor de la familia Vampiro y es rebelde, es bueno, y así, pone a toda su
familia patas para arriba, y lo lleva a conocer a otros vampiros en Villa
Vampiria que lo quieren hacer malo. A los chicos les encantó y espero que se
siga difundiendo. Yo lo escribí con mucho placer, experimenté cosas muy lindas
al escribirlo.
--Proyectos para este 2018. Quizás un nuevo libro.
Proyectos siempre hay. Quiero publicar un
libro de poemas que todavía tengo que terminar. También una novela sobre un
escritor que inventé, un personaje, un filósofo del siglo XX, al que le suceden
un sinnúmero de cosas y escribe libros sobre su tiempo. En fin, son proyectos
que aún faltan madurarlos, pero ni bien crezcan, se enterarán.
Agradezco a Ariel el querer estar en mi blog
contando lo que escribe, lo que le gusta hacer.
Leticia Teresa Pontoni.
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