MORA FURTADO,hablemos de moda y de la vida
Mamá, actriz, conductora de televisión, bella mujer, que fue mannequin de alta costura y formó parte del grupo de modelos tan especiales que pisaban fuerte en las pasarelas del país. Y hoy llega a mi blog. Un lujo para las que gustan de la moda.
--Formaste parte de una elite de modelos argentinas muy bellas que pisaban la pasarela con una presencia y una fuerza muy especial. ¿Qué recuerdos te ha dejado toda esa época?
Sí, formé parte de de lo que se llamó esas "modelos históricas", así nos bautizaron después que empezamos a cambiar los tiempos. Algunas se retiraron, otras siguieron. Yo fui una de las que siguió más tiempo. Lo que sucede que en ese momento las que éramos llamadas "las mannequins" éramos modelos sobretodo de pasarela aunque también se hacían publicidades, y por supuesto fotos de moda en las revistas. Pero la mannequin, que en fin no eran tantas, nunca más se repitió, un grupo tan cerrado y de mujeres tan fuertes porque cada una tenía su personalidad absolutamente diferente a la otra.
Nadie se parecía a nadie. Tu peinado, tu maquillaje, tu forma de caminar, tu forma de mostrar ropa era diferente. Nadie copiaba a nadie. O por lo menos no era algo habitual. Yo fui parte de esa elite que vos estás nombrando.
Somos actualmente menos, alguna que desgraciadamente murió como Cristina González o como fue Elsa Rosas, una gran mannequin argentina que era mucho mayor que yo. Aprendí mucho de ella. Vilma Berlín que fue una gran modelo y amiga que también murió muy joven.
Pero en general todas hasta el día de hoy somos muy cercanas. Nos vemos, conocemos nuestras historias familiares. Y cada una ha emprendido una profesión diferente.
--¿Cómo llega a vos la oportunidad de ser modelo? En ese momento no había castings ni scoutings por ejemplo.
Yo empecé absolutamente de casualidad. Con una querida amiga, su madre fue una señora que trabajó mucho en la moda y se llamaba Viví Echeto. Y entonces me dijeron que había un desfile para un beneficio en el Teatro San Martín, en la confitería en ese momento y no tenían plata para pagar a las modelos profesionales. Entonces esta amiga mía que también fue modelo profesional que se llamaba Illona Lorant que desgraciadamente también murió muy joven, a los 30 años o menos. Me dijo:-mira Mora, vos que sos alta, flaca, ella también lo era y las cuatro amigas que nos conocíamos un poco de la vida, dijimos: -hagamos el desfile, de caraduras nomás.
El desfile era para una casa extraordinaria que hubo en la Argentina, una boutique que representaba a Hèrmes. La dueña era Marta Fucket. Y la casa se llamaba Hèrmes-Fucket en la calle Santa Fe y Esmeralda. Una boutique de las mejores que han habido nunca en Buenos Aires. Cuando terminó el desfile, yo estaba encantada, muy caradura yo, me habían maquillado y arreglado un poco. Yo ya normalmente me maquillaba, era muy coqueta. Tenía una madre además que se maquilló todos los días de su vida. Era muy raro que mamá estuviese sin maquillarse, siempre impecable. Era súper coqueta, elegantísima. Yo sabía lo que era maquillarse.
Hice el desfile, y la dueña de la boutique Marta Fucket me dijo.-Mira Mora, me encantó como caminaste. Y yo la semana que viene voy a Rosario a mostrar mi colección. Me gustaría contratarte. Así que me fui con ella en auto y con su pareja o novio, y partimos a Rosario. Y ahí empecé a trabajar como modelo. Me acuerdo que me encontré con dos modelos profesionales que me dijeron: -¿Pero no tenés pestañas postizas? No, yo ni idea. Pensaba que eran para las actrices de cine. Y me las pusieron. Hice el desfile. Y tuve mucho éxito allí. Y me quedé a trabajar para unas boutiques de Rosario que me contrataron. Ese fue mi comienzo.
--¿Con qué grandes diseñadores trabajaste?
Mi primer gran diseñador de la alta costura fue la casa Marilú, la casa Jacques Dorian, la casa Greta, la casa Carola y alguna que no recuerdo. Ah, la casa Henrietta. Era donde yo trabajaba en lo que se llamaba "mannequin de cabina". Se hacía la colección encima de mi. Yo probaba la ropa y allí fue el primer desfile profesional que hice. A ese trabajo también me lo consiguió Viví Echeto. Si ves la historia de la moda argentina, verás que era una señora muy ligada a la moda. Después llegó Gino Bogani, Horacio y Jorge de la Cruz, y también gente joven que hacía moda y yo no les decía que no. Yo le desfilaba a todos.
--Y también has sido conductora de televisión. ¿Cómo te sentiste estando en la televisión?
Sí, hice televisión. Fui la conductora de la moda de un programa que fue muy popular, muy famoso que era Utilísima.
Trabajé muchos años junto a mi querida amiga, que también murió muy joven, Patricia Miccio. Ella era la conductora del programa.
Y me gustó hacerlo ya que me acerqué mucho a las mujeres que me conocían solamente de la pasarela. Y de repente esa mujer que conocían la tenían en vivo, la tenían hablando, y se sentían de alguna maner amigas mías. Porque yo sentía que muchas mujeres nos miraban y nos mandaban cantidad de saludos. En esa época no había ni Instagram, ni Facebook. Ni nada parecido. Pero nos mandaban cartas. Había cientos de cartas. Y eran muy halagadoras.
Además se hizo la Expo-Utilísima. Fue una creación del productor y creador del programa que es Ernesto Sandler. Un hombre que hasta el día de hoy sigue ligado a la televisión. Y además escribe muy bien. Sobretodo se dedica a las mujeres. Y da consejos para mujeres emprendedoras. Vayan cuando puedan a la librería y pregunten por los libros de Ernesto Sandler. Son imperdibles y necesarios para cualquier mujer que quiere iniciar un trabajo o emprendimiento nuevo.
Lo genial era que en la Expo-Utilísima iban cientos de todo el país. Incluso venían de Uruguay y Paraguay. Y eso fue un contacto espectacular que tuvimos y recuerdo con mucho amor. Y la hicimos en varias temporadas. La televisión me dio a mi algo que me interesa mucho, la comunicación. Y lo sentí que era como un fuerte mío. Creo que me sé comunicar a través de una pantalla. Y eso me hizo muy bien, fue una gran, gran experiencia.
--Se nota que nunca tuviste problemas con la alimentación. Pero qué opinión tenes sobre esas mujeres jóvenes que quizás por querer ser como tal modelo o querer ser delgadas llegan a la bulimia y la anorexia.
En principio nosotras no sabíamos lo que era la bulimia y la anorexia. Son palabras digamos de una jerga absolutamente actual o de los últimos veinte años.
Éramos mujeres con buena figura, éramos delgadas naturalmente. Pero no había nadie flaco que vos dijeras, , tiene la piel pegada al cuerpo, éramos mujeres, con todo lo que teníamos que tener, dentro de una figura digamos de proporciones y de armonía. Incluso en todos los desfiles a nosotras nos recibían siempre con el té. La hora del té era fundamental. Y primero tomábamos, o té, o té con leche, y luego salíamos al desfile. Cuando se preparaban las colecciones, nos preocupábamos por estar en línea que era en
En el medio de esas épocas estaban todos los grandes desfiles de beneficio de nuestras casas de alta costura. Yo he llegado a hacer por ejemplo de la casa Carola, más de 30 desfiles en una temporada del verano al invierno. Sobretodo cuando se presentaba la colección de invierno que entonces durante todos esos meses siguientes todas las fundaciones de beneficio hacían sus desfiles. El famoso té canasta con desfile de modelos. Y comíamos torta, té, café con leche y medialunas. No te digo, exageradas, pero pero no íbamos así como hoy en día que se que hay muchas modelos que no solamente no comen sino que se sienten mal y en el desfile hasta han llegado a desmayarse, lo he visto yo con mis propios ojos. Eso no lo conocíamos nosotras.
Es algo que me preocupa mucho porque hay muchas chicas que se terminan enfermando y estas dos enfermedades que hemos nombrado son muy graves. Porque además no sólo hacen que parezcas un esqueleto, sino que además te arruinan tu metabolismo y es muy difícil de retomar. Yo creo que una mujer tiene que cuidarse. Sentir que no está con un exceso de peso. Y si siente que está un poco más gorda de lo que tiene que estar, puede hacer bicicleta, puede hacer caminatas, ir a un médico que le diga que debe hacer o comer, o a un nutricionista.
--En tu etapa de modelo existía mucho el respeto. Seguro no tenían problemas entre ustedes.
En realidad había mucho respeto y amistad. Como te dije en un principio, éramos muy diferentes. O sea eran personalidades tan distintas una de la otra que no había esa competencia, porque yo sabía perfectamente que el vestido que me ponían a mi no se lo iban a poner a otra de mis colegas. Era a mi a la que le quedaba mejor. Y lo que le ponían a otra colega mía era algo que no me pondrían a mi, seguro. No iba a lucirlo como ella. En ese sentido hemos tenido nuestro lugar cada una. Alguna vez pudo haber habido alguna rivalidad, pero nada que cambiara nuestra relación. Y hasta el día de hoy somos amigas. Nos conocemos, sabemos de la vida de la otra.
Yo creo que había un respeto muy grande también de los diseñadores o dueños/dueñas de las boutiques por nosotras como mannequins. Nos cuidaban muchísimo. Como éramos pocas, no había nunca sensación de maltrato, al contrario. Eras la niña mimada de cada uno de ellos o ellas. Hoy posiblemente que hay tantas modelos y que los desfiles son de tantos chicos, varones y mujeres, hay gente que los maneja. Y a veces ejercen un poco ese "poderío" de decir yo soy la dueña o dueño del circo.
--Secretos o tips de moda que puedas darnos para saber que lucir en cada ocasión.
Más que secretos yo te diría como dice esta gran diseñadora a la que admiro, Carolina Herrera, que el mejor amigo de una mujer es el espejo. Te dice exactamente como sos, que tenés de más o de menos. O como es tu figura en ese momento. Como está tu pelo, las uñas, tu piel. El espejo no te miente. Ni un poquito. Mirarnos es importante y saber cuáles son esas cosas que nos gustan de nosotras cuáles aquellas que podemos disimular. Pensa que el mejor aliado de la mujer es la moda. La moda te ayuda a que aquella cosa que no te gusta no se entere nadie que está. Y aquella cosa que si te gusta mostrar la pongas en un primer plano.
Es fundamental tener ropa combinable entre sí. Por ejemplo, un vestido negro como hablamos siempre, es el little black dress. Yo diría que hasta el día de hoy sigue siendo absolutamente necesario. Pero ponele que no sea un vestido. Un buen pantalón con un buen corte de color negro. O que tengas una buena camisa de color negro. y que la puedas combinar con una falda colorada, una falda color manteca o toda de negro.
Y si tenes un abrigo, preferentemente tenes dos opciones. Que tengas un abrigo negro y un abrigo color camel. Hemos hablado de la ropa combinable.
Yo creo que hay que renovar la ropa, pero acostumbrarnos a sacar lo que ya no usamos.Cosas que no usé por dos años y está colgada la regalo. Hay gente que la puede vender en negocios vintage.
Pero yo creo que es fundamental, tener un buen jean con un muy buen corte según el tamaño que tengas. Chupines o rectos. Es importante una buena camisa o camisola blanca que la usas afuera o no. Quizás la pones una partecita de la camisa enganchada en la cintura del pantalón. Y estás regia. Tener algunos foulards que son divinos. Te los enroscas en el cuello. Hay muchas cosas para que vos digas, paso el invierno, el otoño y voy a estar bien.
Esperemos que en esta cuarentena. hablando de cosas muy importantes de la vida, realmente suceda como tiempo pasado lo más rápido posible. Esto es un drama mundial y por supuesto somos parte del mundo. Así que a todas les recomiendo quedarse en su casa. Buscar actividades dentro de la casa. Arreglar placares, la biblioteca, o nada más que dormir tranquilos, ver novelas en la tele, o cine. Hay programas buenísimos. Y no ver tantos noticieros porque nos enferman el alma. Estamos aterrorizados, esa es la verdad. Y hacer lo que se tiene que hacer con la limpieza, el alcohol, la lavandina y el jabón. Tengo las manos destrozadas porque me lavo todo el tiempo. Es el mejor consejo, pero más que consejo es lo que yo hago.
Gracias a a Mora por aceptar visitar mi blog y traer un poco de su historia que gusta y entretiene a las mujeres en estos tiempos que corren.
Leticia Teresa Pontoni.
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