Leticia Teresa Pontoni: PEPITO CIBRIÁN CAMPOY, el genio nunca duerme

Creador del género comedia musical en Argentina. Es actor, director, autor, dramaturgo. Hijo de la gran actriz Ana María Campoy y del gran actor José Cibrián. Para 2023 ya tiene nueva obra musical. Esta vez mi provincia está de fiesta ya que llega pronto a Córdoba para elegir no sólo artistas, sino también coreógrafos, escenógrafos, etc, todo cordobés. Entre el 14 y el 16 de mayo hará audiciones y así podrá formar su equipo de trabajo.

El 1° de abril hará su debut Drácula, el musical en el Luna Park, donde todo nació.

--Venís a Córdoba para un casting y un seminario gratuito para tu nueva obra musical. ¿Se puede saber algo más de tu nueva obra?

Yo voy a Córdoba mucho más allá de un casting, yo no le digo casting, le digo audición, prueba. Voy a tratar de compenetrarme, de conocer, de poder analizar gente, actores, cantantes, bailarines, cuya personalidad me resulte apropiada, no porque los otros no, pero esos que a mi si para un nuevo proyecto que se llama DOROTHY que es un musical, con música de Fernando, Rahe Israilevich, para estrenar en Córdoba, ese es mi deseo, con actores cordobeses y todo cordobés. La escenografía, vestuario, luces, coreografía. Y esto sería para marzo más o menos del año entrante. Y ahora quiero armar el equipo.

--Si hay algo que me gusta cuando te veo en televisión, son tus atuendos con tus colores. Pero sobre todo ver tus anillos. ¿Algunos pertenecían a tu mamá o te los has comprado vos?

Soy un hombre un tanto excéntrico y uso lo que me da la gana. Y como no tengo que dar cuentas a nadie en un banco, lo cuál es muy digno, pero hay que dar cuentas, me pongo lo que quiero. Y todo lo de mi madre tengo cosas sí, cosas de ella, sobre todo alhajas. Pero no, la mayoría son cosas que yo he ido a través de mi vida adquiriendo y disfruto mucho de usar,de jugar. Hay épocas que de pronto no me dan ganas de ponerme nada y no me pongo nada. Pero en general si me pongo. y ahora estoy en la etapa de ponerme mucho, como un ekeko.

--Del 1° al 10 de abril vuelve, regresa tu genial obra "Drácula, el musical" al Luna Park. Seguramente habrá una fiesta ese día en el Luna Park, ¿no?

La vuelta de Drácula luego de 30 años de haberse estrenado y haberse hecho en varias oportunidades tanto en el Luna, como en el Ópera, como en el Astral, y fuera del país, implica un profundo orgullo y emoción que una obra propia, con esa música mágica de Ángel Mahler se haya convertido en un clásico. Porque una obra que después de 30 años vuelve a llenar el estadio Luna Park gracias al acierto de Tito Lectoure de apoyarme y darme todo para que intentáramos un éxito que logramos, es muy emocionante. Yo supongo que la gente joven que estudia o pretenden ser actores del musical deben tener en claro o tendrán que todo eso que están haciendo se debe a que un día se hizo Drácula. Y que abrió el panorama, surgieron escuelas, y gente muy entrenada y talentosa.

--Contame por favor como era tu papá. Como era ese gran actor, como papá.

Mi padre era un hombre que era un Quijote. Era un aristócrata del teatro. Era un hombre muy reservado, muy introvertido, muy exquisito, era un gran actor, un gran director, gran luchador. Fue un hombre que se educo en los mejores lugares, las mejores escuelas de España. Mi abuelo quiso que fuera Ingeniero en puentes y caminos. Y lo obligó a estudiar uno o dos años. Y después lo mandó a pasear a su padre y se dedicó al teatro que era su pasión. Era un hombre impecable, un hombre cuyos consejos me cambiaron siempre la vida.

--Crear el género comedia musical en nuestro país fue algo maravilloso. Y vos lo hiciste, y no hiciste una obra musical, sino muchas. ¿Qué se siente al ser esa persona que hizo esto en el espectáculo argentino?

Me siento muy orgulloso, siento que está bien que me definan como tal porque es cierto. Lo hice y lo sigo haciendo. Pero eso no quita la generosidad de quienes me admiran o ponen en su boca esto de saber qué he hecho. Me siento muy orgulloso, muy feliz.

--Contame por favor como era ese momento, lo que se vivía cuando tus padres, cualquiera de los dos tenía un debut en teatro por ejemplo y vos tenías 15 o 16 años. ¿Qué pasaba en tu casa?

Lo sentía, no te digo igual a ellos, porque ellos eran los que pisaban el escenario. Pero además fue parte de mi vida desde que nací pise un escenario, caminé sobre un escenario por primera vez en Bogotá, en el Teatro Colón de Bogotá. Imaginate que para mi era muy cotidiano lo de los estrenos, pero no por eso deja de ser mágico, sorprendente, nervios, ansiedad, irá bien, irá mal. Es jugar en la ruleta del teatro.

--¿Cómo era Ana María Campoy, la mamá?

Mi madre era una mujer sumamente optimista. Una mujer con una sapiencia muy profunda. Una mujer que trabajó desde los 4 años. Siendo hija de actores, muy pobres, en España. Y triunfó muy joven, a los 16 años ya era una estrella del cine. Filmó 25 películas. Y la contrataron justamente para filmar en México y firmó para filmar con Tita Merello y Arturo de Córdova que era un galán de moda en esa época. Y luego para filmar en Hollywood. Y ella conoció a mi papá, hizo la primera película y no quiso hacer la 2da. No le importó nada Hollywood, le importaba mi padre. Y era realmente una gran belleza, hubiese triunfado no lo dudo, por su calidad como actriz y por su belleza única. Había iguales pero más monas no había. Una mujer, muy alegre, siempre igual fuera y dentro del escenario, fuera de cámara, dentro de cámara, era, yo me reía mucho. Creo que fue la persona que más me ha hecho reír en mi vida absolutamente. Y fue una gran madre, muy buena madre.

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