ISABEL DE ESTRADA, la guardiana de los animales

Es dueña de la Fundación Zorba sin fines de lucro. Allí se protegen a los animales y se concientiza sobre el abuso animal. Ella es periodista y escritora. Se especializó en arquitectura y decoración. Escribió para afamadas revistas y libros del mundo. Escribe en el diario La Nación. 

Y un día un perro le cambió su forma de vida y todo. Y ahora posee un lugar hermoso donde convive con perros galgos, un gato, caballos, un monito Carayá. Sueña con que los animales no sufran más, como todos los que queremos a esos seres tan especiales que son regalos de Dios.  Espera que las personas cambien y cuiden este mundo lleno de tantas cosas bellas por donde mires. 


-¿Cómo es el despertar de cada día junto a tus animales? Me encantan todos.

-¿Cómo son mis mañanas? Me despierto, vienen a mi cuarto Coco, el mono Carayá, viene Santi que es el hijo de Ronda y Sergio que son dos personas que viven acá, que me ayudan. Y viene el gatito Anís y yo me levanto, me preparo un mate y agradezco a la vida mucho, mucho mucho porque miro por la ventana, veo naturaleza, veo animales, cantan los pájaros, es una magia, eso es lo que para mi por lo menos me conecta con todo, con Dios, con toda la belleza de la vida.

Un día decidí que cada mañana justamente me quería despertar así, al lado de ellos y rodeada de naturaleza. Así que son maravillosos mis despertares. Aparte de algunos despertares por la noche, por supuesto, uno quiere una cosa, otro otra, bueno en fin. Nunca duermo una noche entera. 


-¿Cómo nace tu Fundación?

-Fundación Zorba nace de un perro, mi primer perro que tuve en mi vida adulta de casada que me lo regalaron. Era un labrador chocolate. Y a los 2 años yo lo dejé un fin de semana en el campo donde yo vivía y me fui a otro lugar más lejos. Lo dejé cuidado, pero bueno cuando volví fue una cosa muy rara porque volví, pasé por ese lugar y me fui a Buenos Aires, yo sentí que algo había pasado. A las 7 de la mañana de hecho me llamaron, para decirme que había aparecido muerto y ese día decidí que una vez iba a hacer una fundación que se llamaría Zorba como el.


-La decoración nunca la has abandonado, se nota por como decoras tu casa. 

-No, nunca la abandoné porque creo, ni siquiera le llamo decoraciones, es como una forma de vivir, de ver la vida, por supuesto trabajé años, durante años en eso. Recorrí el mundo haciendo casas para revistas y lugares pero en general casi siempre eran lugares que tenían que ver con su entorno. 

Eran lugares, me acuerdo de mis primeras notas afuera, en otros países fueron una nota en las Islas Malvinas que era un señor, un campesino que había vivdo durante años solo con las ocas, que llegaban hasta esa casita de piedra que el tenía en el interior de las islas. 

Y después, mi otra nota fueron las primeras notas que publiqué en una revista que es  la mejor revista del mundo que se llama The world of interiors, y la otra fue en Santiago del Estero, un rancho de adobe. Entonces yo les expliqué que era el adobe, como era y como los horneros hacían su nido y bueno, y publiqué sobre el rancho de adobe. Siempre tenían que ver con los animales y con la naturaleza. Muchas veces. No siempre. Pero casi siempre. 


-¿Cómo es tu casa? Me encantan ese tipo de casas. 

-Mi casa la hice a partir de cosas viejas que fui encontrando acá alrededor. Mi casa no es vieja a pesar de que todo el mundo piensa que lo es. Pero no hay nada acá que no haya sido usado antes porque además creo en eso. Y no tengo nada de valor en mi casa, la verdad que es todo lo que yo amo. Son cosas heredadas, cosas regaladas, cosas hechas para la fundación. O que muchos artistas pinten animales, fotos de amigos míos de los libros. Es como una historia de la vida. ¿No? Y siempre me dicen que los perros también forman parte de la casa como del decorado. 

Así que es eso. Creo en eso. Creo en que las casas interesantes y eso, me pasó a lo largo de mi trabajo. Que las casas interesantes son donde se ven las pasiones de los dueños y lo que hacen. Donde no se esconde eso, donde no esconde la verdadera, el espíritu que hay ahí, que vive ahí. 


-¿Crees que puede cambiarse la historia de los animalitos callejeros?

-Sí, creo que desde que yo empecé, hace 15 años creo que cambió muchísimo, muchísimo muchísimo, muchísismo la mirada de la gente que eso es lo que a mi me interesa, yo le llamo descorrer velos ante una realidad, verlos, mirarlos, creo que eso sucedió, primero sucedió con los galgos, yo me propuse que la gente se diera cuenta, los mirara, mirara su belleza, a lo que eran sometidos. Además el galgo era muy particular porque era un animal muy, digamos, es como el caballo árabe, es el origen de los caballos; el galgo es el origen de los perros, es el padre de todos los perros, y fue el perro más encumbrado. Y también fue el perro más maltratado porque significa dinero, entonces y juego.  Sobretodo juego.

Y sí, yo me propuse cambiar la historia de los animales acá. La verdad que me propuse algo muy ambicioso. No sé si llegaré a cambiar la historia. Pero creo que esto está cambiando mucho. Yo me acuerdo que abrazaba al zoológico y les prometía a los animales que iban a salir de ahí. Y hoy no están. Sabía que, decían que las elefantas tenían que salir porque el gobierno no iba a poder sostener más un zoológico en el medio de Buenos Aires si querían una ciudad moderna. Y la elefanta salió en plena pandemia. Salió Mara, vivada, aplaudida por la calle Libertador desde todos los balcones. Asi que sí, creo. Yo soy una optimista. 


-Cuéntame de tu libro "Aullidos en el viento".

-Aullidos en el viento, la verdad que es un libro que lo escribí desde la emoción y con el corazón. Es un libro que relata, es un paralelismo entre la historia de 12 historias de rescatados, 12 historias que me sucedieron a mi. 

Dos de ellos todavía viven, hoy acá, a mi lado. Acá está al lado mío Angelito y Tuqui está durmiendo del otro lado, que es una galguita ciega. Y en paralelo voy contando a través de cada cuento también voy contando lo que sucedió, lo que descubrí y como fui descubriendo el mundo de toda esa gente que intentaba proteger a los perros y que intentaba darles un lugar y de toda esa gente que nada, y que no podía a veces con su vida y que juntaba 100 perros y que su vida se convertía en un caos. Pero que no podía con su corazón. Y bueno intenté y como empecé a intentar ordenar eso, de como descubri las carreras de galgos, de como me fui dando cuenta de lo que pasaba, de lo que habían significado los galgos. 

Bueno, todo eso es Aullidos en el viento. Y se llama Aullidos en el viento porque a los galgos se les dicen los hijos del viento. Entonces yo desde algún lugar sentía los aullidos de ellos llamándome, pidiéndome ayuda. 

Es un libro dibujado por Martín mi pareja, que además conoció a cada uno de los perros con lo cuál tiene mucho nuestro, mucho de personal y muchas cosas tan sutiles que a veces no es fácil comprenderlas, pero para mi son un canto a la vida y una emoción. Y la verdad que en general la gente cuando lo lee se emociona. 

No sé si es un gran libro. Son 12 cuentos y ninguna pretensión, son chiquitos, cortos, es eso. Pero realmente escritos desde la emoción, desde la emoción que a mi me produce todo esto y que me produjo cada uno de ellos. Creo que se trasluce y ese es el gran logro del libro. Me gusta. Yo lo sigo leyendo y me sigue gustando. Así que, a lo mejor para un crítico es tremendo. A mi me gusta y eso me deja contenta. Y la verdad es que siempre lo que he sentido, acerca de lo que me devolvía ese libro, de alguna manera era lo mismo que yo sentía. Esa emoción que a mi me producía. 


-¿Cómo es su historia, cómo llegó a tu vida Coco el monito Carayá?

-Coco, mi monito Carayá. Coco, me acuerdo que me desperté un domingo con la noticia de que habían encontrado un mono, desecho, casi muerto, en un ropero en una casona en Belgrano, que habían decomisado y buscando droga lo habían encontrado a Coco. 

La llamaron a la presidenta de una ONG que se llama Pájaros Caídos, ella se llama Clara Correa, es amiga mía. Y ella lo llevó a un tránsito a su mejor, digamos a quien ella consideraba que lo podía cuidar mejor a Coco en una casa en Vicente López. Y yo me desperté el domingo con esta noticia de Coco y enseguida llamé a mi hermana que es fotógrafa y le dije vamos a hacer una nota, yo trabajo para el diario La Nación sobre el tema de animales para ayudarlos, para concientizar, para develar temas también, para descorrer velos sobre una cantidad de temas y que se accione, que se puedan sacar animales, que se puedan trasladar. Empezar a crear conciencia, una cantidad de cosas. Voy eligiendo los temas de acuerdo a eso. 

Y me fui el domingo a las 9 de la mañana estaba sentada en un piso en un lavadero con Coco que estaba mal, estaba mal. Y me enamoré de Coco perdidamente. Me dio mucha mucha ternura. Escribí una nota sobre el. Y 3 meses después Clara me pidió, llegaba el verano, y Clara me pidió que esta persona se iba de vacaciones, si yo lo podía tener a Coco, por supuesto que dije que si. Y después la historia fue larguísima porque a Coco, bueno empecé a escribir artículos sobre el porque Coco, digamos los animales en nuestro país son considerados cosas. Y los que había comprado o adquirido a Coco o lo que fuera de alguna manera maltratado de hecho lo tenían en un ropero. Coco tiene todos su huesitos rotos, no sabemos si fue esta gente. O si fue cuando era chiquito. Tiene todos los huesitos rotos y mal soldados, Coco podía volver a sus captores. Entonces hicimos un enorme enorme esfuerzo, se lo declaró animal no humano. Y se lo declaró ser sintiente. Entonces Coco tuvo su digamos, se ganó el derecho a ir a un santuario. 

Y ahí empezó una pelea para que no fuera a un santuario de una persona que terminé muy amiga que quería que fuera su santuario que es en Córdoba y que finalmente bueno, las dos nos convencimos que Coco, de que iba a  esta mejor acá, Coco no puede estar solo, tampoco puede estar con otros monos. 

Coco ahora está acá, cerquita mío. Coco sale afuera, hoy estuvo al sol, estuvo panza arriba. Yo lo llevo a los árboles pero las raíces donde yo vivo hay ombúes, entonces Coco se queda en las raíces de los ombúes, pero coco no puede trepar. Amén de a veces subirse al verdulero y entonces hay que cuidarlo mucho mucho y estar con el. Por eso Coco puede vivir acá. Esto es un fundación pero también es mi casa. Esa es la historia de Coco. Hace 2 años que vive con nosotros. Su mejor amiga se llama Condesa que es una perra y ahora Anís que es un gato. Juegan con el, lo joroban, se le tiran encima, le sacan la comida, se pelean por la comida. Y eso, y a juicio de la veterinaria y mío por supuesto. que lo veo todo el día le hace mucho bien y no se siente solo. Algún día llegará otro monito discapacitado para hacerle compañía porque un mono entero y con todas sus fuerzas no podría. 


-¿Qué pensas sobre esto? Decía Gandhi que la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser medidos por la manera en que son tratados sus animales. ¡Que gran verdad!¡Cuantos animales sufren!

-Es una frase que uso siempre, que me encanta, me encanta. Es más, ahora que estuve en la India fui a un lugar de elefantes, en Gujarat, me fui al lugar de Gandhi a agradecerle. 

Yo creo que es así. Creo que los animales hasta hace unos años era lo que la gente no escondía, eran como el último escalafón de la sociedad. Lo que veías era lo que ves en realidad,para mi es la verdad de esa sociedad. Y donde ves un animal maltratado ahí también hay una persona maltratada, o hay un abuso y desgraciadamente nunca me equivoqué. Siempre fue así, siempre, siempre en los rescates. Eso también lo cuento en mi libro. 

Y la realidad es que, y esta frase no es mía pero es una frase que me encanta. No sé de quién es, la leí hace muchos años, que no tenemos un corazón para los animales y uno para los humanos, tenemos uno o no tenemos ninguno. 

Y creo que hoy se empiezan a esconder los animales maltratados, se empieza a esconder el maltrato hacia el animal por todo este trabajo hecho de una cantidad de gente que se preocupa por ellos y que trabaja no la suficiente desgraciadamente pero hay mucha. Y creo que la gente los empieza a esconder o empieza a hacer ese maltrato sin que lo vean. Es un paso adelante de alguna manera porque quiere decir que hay un registro. Así que sí, creo que la grandeza de una nación se ve de esa manera, se ve en ello, estoy absolautamente convencida. 


Redes Sociales:

-Facebook: Fundación Zorba

-Instagram: @fundacionzorba  y  @espirituzorba














Gracias a Isabel de Estrada por llegar a mi blog y contarnos la historia de su Fundación, no dejen de visitar sus redes sociales.

Leticia Teresa Pontoni. 



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